▲UN PUÑADO DE VIDA▼


Comunidad Indígena Tzotzil
Takiukum Chiapas, Méx
Julio 2013
Pintada comunitaria a partir de un retrato, Junto al grupo de video de "Las Abejas".


Entre las montañas y con esa sensación de estar perdido en algún lugar del mundo, se contempla el paisaje que se alimenta de árboles, cultivos y animales; junto a ellos tranquilidad, silencio, grandeza e imponencia.
El aire es lo mejor es aire de tierra fresca, húmeda, tierra que se aferra a las montañas, que bordea los ríos. En medio de todo eso, que es casi indescriptible con palabras, hay un montoncito de casas… no muchas más bien pocas, en ese pedacito de tierra - pedacito porque la que está alrededor es mucha- está Takiukum, sus mujeres tejedoras, sus hombres trabajadores y sus niños siempre preguntando, acercándose a ver qué hay de nuevo, sonriendo pícaramente y casi conspirando entre ellos.
Los ojos de esos niños atentos sobre los visitantes, metiendo sus manos entre la pintura, tomando los pinceles con ansias de usarlos, se atreven a pintarse ellos mismos a verse plasmados en la madera, posan para la foto y vuelven a soltar esas sonrisas que contagian y dan sentido a lo que se hace así se esté en un lugar recóndito de la selva.
Son niños que en medio de su cotidianidad van tejiendo su historia, la van hilando poco a poco, con la resistencia de sus padres, con las experiencias del día a día, y entonces la van convirtiendo en un telar de esperanzas, aprietan bien los nudos de comunidad e introducen hilos coloridos de alegría; cómo no contagiarse de eso si son un puñado de vida que alienta la lucha de quienes aún perseveran en ella.
Son quienes motivan a los adultos a que pinten, así todos y todas se animan a tomar un pincel y acercarse al dibujo; entonces el muro es de ellos, la idea es de ellos, le dan sentido a lo que pintan porque tiene que ver con su pasado, observan las plantillas y entre adultos y niños cuentan cómo las formas representan los cuatros puntos cardinales para los mayas y si nos fijábamos bien eran los mismos que estaban en los vestidos de las mujeres como si ellas cargaran en sus blusas y faldas toda una historia de grandeza y lucha …
...era volver a sus raíces era reafirmar en los niños que ahora era el turno de ellos, el turno de continuar en medio de la selva con la dignidad de quienes resisten y los cuidan, con la fuerza de aquellos que habitaron su territorio y con la alegría de ellos mismos.